No, el amor no bastó, no fue suficiente, luego, vino, dolor y lo demás. Es la íntima sombra que te acompaña, esa herida tan mala que siempre sangra. Quisiste de pie y te respetaron pero te arrodillaste y te abandonaron. Qué sonrisa tan dulce trae la venganza. Con la casa tomada y todo dispuesto para el gran festival del desamor, vaciaste el revolver, a quemarropa, con las balas de tu debilidad. Quisiste de pie y te respetaron pero te arrodillaste y te abandonaron. Qué sonrisa tan dulce trae la venganza. No, el amor no bastó, no fue suficiente, luego, vino, dolor y todo lo demás. El siquiatra, las pastillas, los consejos, el deseo… y la mala herida que te acompaña.