Me empieza a asustar el malestar que últimamente me producen las instituciones.

Parece que el marketing salvaje supere con mucho al compromiso. Con las luchas de poder, la utilización del erario público para la promoción personal se percibe como anclada en el deseo de destacar y medrar y no en el de crear verdaderos mecanismos de desarrollo de los activos propios, recurriendo siempre al «si nos valoran desde afuera elevaremos nuestra autoestima». Se me enciende un triquitraque en las tripas que ando últimamente descompuesto. Lejos de lo escatológico se me va descomponiendo poco a poco el alma. Es algo obvio que la valoración empieza por uno mismo y que invertir en los valores propios siempre dará los mejores resultados y que aunque estos no sean lo más «cool», al menos tendremos una verdad que contar y que desarrollar y que será sin duda la mejor nave para navegar en el macrocosmos cultural.

Da la sensación de que las campañas de promoción en cualquier ámbito son un fin en si mismas y lo que se valora es el éxito de la campaña en si y no el resultado positivo o negativo de aquello para lo que fueron creadas.
La información circula a una velocidad cercana a la de la luz pero la luz es lo que falta.
Estos días de verano, que siempre fueron un tiempo de descanso y reflexión ,se están convirtiendo en la peor crónica de un descalabro anunciado. Poco podemos hacer los francotiradores de la palabra, poco pueden hacer los damnificados por los errores de los que deberían darnos, legitimamente, la mejor gestión. Así parece, que lo único que queda es poner nuestro culo a salvo y resistir como paisanos ante el bochornoso espectáculo que nos ofrece la política cultural más cercana, que parece imbuida por el deseo egomaniaco, la pompa, el despilfarro y un progresivo, quizá continuo, alejamiento de la realidad de los que deberían ser protagonistas y actores principales de la comedia o el drama. La desconfianza, la desidia y hasta la baja autoestima campan a sus anchas en el patio de comedias: Se buscan nuevos directores de escena.