Mauro Aladro persigue a Toli Morilla.
Aladro insiste en que le conceda una oportunidad con el público y amenaza con presentarse en un concierto del cantautor local, salir al escenario y leer en público alguno de sus escarceos literarios. El músico intentará prepararle una trampa para impedir que llegue a perpetrar su amenaza. La tensión ante un posible «conciertus interruptus» crecerá a medida en que las canciones vayan siendo depositadas en la morgue de un concierto futuro…